La Echeveria pulvinata, también conocida como Echeveria peluda, pertenece a la familia Crasuláceas.
Es originaria de Oaxaca, Méjico.
Los nombres comunes por los que se la conoce son, Echeveria peluda , Echeveria terciopelo, Echeveria peluda, Echeveria de almohadillas o Planta de peluche.
Cuenta con cientos de especies que se distribuyen en zonas áridas, semiáridas y templadas del suroeste de Estados Unidos, México, Centroamérica y el norte de Sudamérica.
Es muy popular en de todo el mundo por la belleza de sus hojas, flores y su fácil mantenimiento.
Cómo es la Echeveria pulvinata.
Sus hojas son espatuladas, acabadas en punta y cubiertas por unos pelillos que le dan un aspecto aterciopelado.
Las flores son pequeñas, de menos de 1 cm de diámetro, de color naranja o rojo, y salen de un tallo floral de 8 cm de longitud aproximadamente.
Con una altura de unos 30 cm, es una planta ideal para tener en maceta, ya sea en el exterior o en el interior del hogar o en la rocalla junto con otras suculentas.
Esta es una planta pequeña, arbustiva y escasamente ramificada, cuyo discreto porte permite que sea perfecta para cultivar en un maceta.
Forma pequeñas rosetas de hojas aterciopeladas que aparecen como apelmazadas, hacia la parte alta de la mata.
Las hojas son gruesas, suculentas, de color verde grisáceo, con una porción tintada de rojo en los bordes de la punta.
Las flores son muy bonitas y se agrupan en inflorescencias como racimos, que son sostenidas por largos tallos florales.
Cada tallo floral posee hojas más pequeñas que las naturales de la planta.
Cómo debe ser el sustrato y abonado para la Echeveria pulvinata.
El terreno para mantenerla sana, debe ser blanco y arenoso, muy bien drenado y enriqueciendo el sustrato de las plantas suculentas, utilizando cada 15-20 días, un abono específico.
El fertilizante para las plantas suculentas debe ser pobre en azufre, para evitar que creen una excesiva cantidad de vegetación.
Son fácilmente atacables por enfermedades causadas por hongos.
Se aconseja de cultivar el Echeveria pulvinata en el interior del hogar, o a resguardo, las temperaturas mínimas bajan de los 15ºC.
Utilizar fertilizante comercial específico para cactus, diluido en agua, según el fabricante, preferentemente en primavera y principio de verano.
Esta planta, como la mayoría de las Echeverias, necesita de al menos unas horas al día de luz solar.
Las plantas suculentas se pueden cultivar también en zonas frías, con temperaturas, que para muchas especies pueden ser inferiores a los 5°C.
En este caso es necesario mantenerlas completamente secas.
Cómo evitar plagas y/o enfermedades en la Echeveria pulvinata.
Según aumentan las temperaturas diurnas, en primavera, se debe aplicar un tratamiento con un insecticida de amplio espectro.
Usarlo cuando en el jardín no hay floración.
Antes de que las yemas engrosen excesivamente, también es aconsejable practicar un tratamiento con un fungicida de amplio espectro.
Con ello prevendremos el desarrollo de enfermedades por hongos.
Como se multiplica la Echeveria pulvinata.
Debe tenerse en cuenta que las Echeverias son autoestériles. La reproducción por semilla es muy difícil, ya que son autoestériles, es decir, que sus flores solo pueden ser fecundadas por polen procedente de otras plantas que no sean ni la madre ni otras hijas.
Esto es, son fáciles de propagar por separación de retoños o esquejes de hojas.
Lo hacen preferentemente a principios de verano, manteniendo los esquejes con calor.
Al tiempo veremos que de esa hoja van saliendo unas pequeñas hojitas.
Al cabo de unas semanas se habrán convertido en una bonita planta nueva.
Tras tomar los esquejes, hay que dejar que estos cicatricen durante unos días y luego plantarlos en un sustrato arenoso.
La Echeveria lilacina, tiene como nombre común, Echeveria fantasma y es una especie de suculentas de la familia de las Crasuláceas.
Su origen es Nuevo León, México y su hábitat original es, crecer en los afloramientos rocosos en las zonas altas.
Es una de las más bonitas de la especie y es una suculenta muy llamativa, tanto en jardineras o macetas como en rocallas o inmersas en el paisaje y es muy fácil de cultivar.
Las Echeverias llegan a ser unas 150 especies, que se distinguen por sus rosetas formadas por hojas de tono generalmente verde azulado.
Cómo es la Echeveria lilacina.
Las Echeveria lilacina o fantasma, es una de las más grandes, pero de crecimiento lento.
Este desarrolla formaciones como rosetas muy ordenadas.
Las rosetas son planas, formando una especie de capullo de cerca de 12 cm a 20 cm de diámetro.
Las hojas de la lilacina, son regordetas, dispuestas simétricamente, arriba-curva, en forma de cuchara, con una punta fina y respingona .
Suelen ser de color gris plateado, casi blanco, como anacarado y con una tonalidad azul y llega a ser de color lila o morado a pleno sol.
El color se debe a un recubrimiento en polvo ceroso.
Da la impresión de la roseta es de ser de alabastro, de ahí el nombre común de algunas de estas especies.
Esta especie es de crecimiento lento y tolerante a la sequía.
Cómo son las flores de la Echeveria lilacina.
Las flores, son muy vistosas y lucen en un color rojizo, pero relativamente pequeña, sobre unos 15 cm los tallos. Las flores son de color rosa pálido a rojo pálido naranja o coral.
El período de floración se extiende desde el invierno posterior hasta el comienzo de la primavera.
Cómo cuidar la Echeveria lilacina.
La lilacina, puede permanecer bien en zonas sombrías, aunque con zonas soleadas pero no alta intensidad, la planta mostrará de forma más bella sus colores y formas.
No obstante, si permanece a pleno sol, debemos tener cuidado de posibles quemaduras solares, aunque agradecen el sol directo.
Lo más importante, para una suculenta, es ubicarla en un lugar con abundante luz, si bien algunas variedades no soportan la luz solar intensa de forma directa.
En resumen, cuanto más luz tenga una planta, mejor será su color y forma.
Soportan bien cualquier temperatura, por cálida que sea.
Puede tolerar heladas ligeras, pero lo mejor es hibernar a 5-10 ° C
Cómo regar la Echeveria lilacina
En cuanto al riego, se toleran períodos prolongados de sequía y sobrevivir a ésta, sin la necesidad de riego.
Crecerán mejor, con la humedad adecuada durante su período de crecimiento.
No encharcar nunca y que permanezca así, ya que se pudrirán las raíces. Debe tener un buen drenaje.
El exceso de riego, es el mayor error que se suele cometer con las crasas.
Si además de demasiada agua, y sobre todo, un sustrato apelmazado y mal drenado, desembocarán en la casi segura aparición de hongos y la posible muerte de la planta.
Desde el mes de octubre hasta mayo, deberían regarse poco, dependiendo de la zona geográfica, el clima y las lluvias, si están en el exterior.
Antes de regar es fundamental comprobar que el sustrato esté seco.
Cómo debe ser el sustrato y abonado para la Echeveria lilacina.
Prefieren una tierra pobre y sobre todo porosa, que les asegure un excelente drenaje y aireación.
Los sustratos específicos para cactus son los más adecuados, ya que contienen además altas dosis de magnesio, que previene la podredumbre radicular.
Conviene trasplantarlas en primavera.
Es importante manipularlas con cuidado, ya que son muy frágiles y por las heridas pueden introducirse hongos.
Utilice fertilizantes de liberación lenta, con un contenido de nitrógeno bajo a moderado, ya que son los adecuados para las estaciones de crecimiento de primavera y verano.
Con ello no se requerirán aplicaciones de fertilizantes adicionales, hasta la primavera.
Una buena ventilación, es importante para minimizar los riesgos de plagas y enfermedades y evitar la humedad excesiva en las condiciones invernales.
Las crasas no necesitan grandes necesidades nutricionales. Solo las que vienen en maceta pueden precisar abono, aunque siempre con mesura, y sobre todo para estimular la floración.
Puede utilizar fertilizantes específicos para cactus y crasas, de marzo a septiembre y aplicarlos siempre sobre el sustrato humedecido, respetando la dosis y la frecuencia indicadas en el envase.
Cómo trasplantar la Echeveria lilacina
Para trasplantar una suculenta, asegúrese de que la tierra esté seca antes de volver a colocarla, luego retírela suavemente la maceta.
Elimine el suelo viejo de las raíces, asegurándose de eliminar las raíces podridas o muertas en el proceso.
Trate los cortes en su Echeveria lilacina, con un fungicida.
Coloca la planta en su nueva maceta y rellénela con tierra para suculentas.
Deje la planta seca durante una semana más o menos, luego comience a regar ligeramente para reducir el riesgo de pudrición de la raíz.
Cómo reproducir la Echeveria lilacina.
Como norma general, cada hoja de crasas es capaz de generar una nueva plantita.
También se pueden separar los hijuelos que van naciendo junto al tallo o las rosetas.
Tan solo plantando el retoño, la rama o la base de la hoja, en un sustrato de arena y turba humedecido.
Deja que el corte del retoño termine de secar durante la noche o hasta una semana antes de plantarlo.
Algunos cultivadores recomiendan plantar inmediatamente en sustratos secos, regando solo después de la formación de raíces.
La Echeveria laui, es una planta nativa de Méjico.
Se halla confinada a algunas laderas montañosas con orientación hacia las zonas sombrías.
Son por tanto, las echeverias, una especie de planta suculenta (o crasa) perteneciente a la familia de las crasuláceas.
Se trata de una especie en peligro de extinción, siendo los principales factores de riesgo, la erosión por viento.
También es considerable el efecto, que sobre la Echeveria laui tiene el pastoreo y la extracción indiscriminada de ejemplares para su venta.
Es necesario pues, establecer estrategias de acción para promover la conservación de Echeveria laui en su hábitat natural.
Esto solo se puede lograr concienciando a la población.
Las Echeverias viven en casi todo el territorio mejicano.
Desde zonas cercanas a las costas, hasta las grandes montañas nevadas.
Cómo son las Echeveria laui.
Se trata de una planta glabra, completamente lisa y marcadamente pruinosa.
La pruina es la causante de la coloración verde-grisácea de las hojas.
Esta sustancia protege a las hojas, de quemaduras que pueden sufrir si se exponen directamente a la luz solar.
El tallo hace la forma de una roseta densa de hasta 30 cm de diámetro.
Siendo las hojas obovadas, redondeadas con bordes obtusos, gordos y redondeados.
Sus medidas, son de 5 a 8 cm de largo, de 3 a 4,5 cm de ancho y entre 6 y 8 mm de grosor.
Estan cubiertas por una pruina protectora que le confiere un aspecto azul-grisáceo, casi blanco generalmente.
Pueden vivir juntas en colonias o en solitario.
Sus hojas suculentas pueden presentar diferentes tipos de pigmentación, rojizas, moradas, rosadas.
Inflorescencia, 1 o 2 tallos florales de 6 cm 20 cm de longitud, con 5 a 7 hojas elípticas de 11 cm a 20 mm de largo.
Da inflorescencias con 9 a 17 flores.
Cómo son las flores de la Echeveria laui.
La Echeveria laui, tiene un crecimiento muy lento y gustan especialmente las especies con hojas en polvo azul-gris-blanco y amelocotonadas.
Sus flores de color de rosa, le puede llevar varios años crecer hasta unos 15 cm.
Las flores son con corola piramidal de 13 cm a 16 mm de largo y 7 mm a 8 mm de diámetro en la base.
Cómo cuidar la Echeveria laui.
Cómo el resto de plantas crasas o suculentas, no necesitan un cuidado especial y requieren poca atención.
Tiene una buena resistencia al calor y a la sequedad.
Esta bella especie, la Echeveria laui, se ha especializado de tal forma, que sólo la encontramos en paredes rocosas con orientación norte.
La mayor parte de su población, está conformada por rosetas compactas adultas.
¿Cuál sería el impacto de su desaparición y las consecuencias ambientales?
Podríamos pensar que la extinción de una sola especie, podría ser insignificante, imperceptible o quizás, considerarse de poca importancia.
Así pues, al eliminar una pieza del rompecabezas, éste quedará incompleto.
Seguramente será más fácil conseguir que desaparezca una pieza más, que recuperar la que se ha perdido.
La Echeveria laui, es parte de un frágil ecosistema árido de características especiales, que la han hecho especializarse a través de miles años.
Su población está sujeta a las inclemencias del ambiente y por si fuera poco, el ser humano ejerce un efecto extra que podría contribuir a su desaparición.
La Echeveria laui, ¿algo más que una planta bonita?
Con propias características físicas como, su abundante cera blanca, su crecimiento compacto y su roseta perfectamente definida.
Por todo ello, la han colocado como una de las crasuláceas más hermosas del mundo.
Evolutivamente son una adaptación constante al medio hostil y para no desaparecer, tuvo que especializarse en el ahorro de agua.
Además la Echeveria laui, como todas las especies de plantas, tiene una función en el ecosistema, contribuyendo al equilibrio del mismo.
Proporcionan alimento a diversos insectos y aves tales como abejas, avispas y colibríes.
Retienen el suelo en donde habitan y que es hogar otros insectos como hormigas, arañas y lagartijas, etc., proporcionando oxigeno al ambiente.
Sus hojas son verdaderos depósitos de agua y sus hojas secas forman un colchón que amortigua el agobiante calor de la zona.
Cómo regar la Echeveria laui.
Los riegos deben ser espaciados, cada 10 a 15 días, puesto que se trata de una planta suculentas y no requiere mucho riego.
Sólo se debe regar en verano, cuándo el sustrato esté y en invierno no se debe regar.
Es recomendable regar a la Echeveria laui por debajo, con el fin de que el agua o rocío no toque las hojas.
Cultivada en un sitio caluroso y ligeramente húmedo, con suficiente exposición a la luz, sin recibir sol directo.
Temperatura mínima que soporta, 5°C.
Cómo debe ser el sustrato y abonado para la Echeveria laui.
El tipo de sustrato, debe estar bien drenado y con moderada materia orgánica. Como en todas las crasas, el sustrato debe ser muy drenante.
Es muy poco exigente en cuanto a nutrientes.
El abono o el aporte extra de energía, no le viene mal en los meses vegetativos.
Se debe abonar, cada 3 o 4 meses con un fertilizante propio de crasa o suculentas.
Cómo reproducir la Echeveria laui.
Se reproduce con facilidad mediante semillas, aunque su reproducción mediante hojas, también es posible.
Por lo general, por semillas, pero si la planta se trasplanta, algunas de las hojas inferiores se pueden quitar para intentar la propagación de hojas.
También es una práctica común recolectar las hojas en el tallo de la flor, sin embargo, esta no es una de las especies más fáciles de enraizar, ya que muchos de estos esquejes se secarán sin producir una plántula, pero con perseverancia es probable que obtenga unas cuantas plantas nuevas.
Qué plagas y enfermedades tiene la Echeveria laui.
La Echeveria laui, es susceptible a la principal enfermedad de los cactus y suculentas, la pudrición del tallo causada por hongos, debido a la humedad excesiva en los riegos.
Asimismo, es susceptible al ataque de cochinilla algodonosa y pulgones si se le cultiva en condiciones de poca luz y ventilación.
La Echeveria agavoides, es una especie de planta con flores de familia de las Crasuláceas, nativa de las zonas rocosas de México.
En particular los estados de San Luis Potosí, Hidalgo, Guanajuato y Durango.
Se pueden encontrar con diferentes matices, granates, rojos, burdeos, etc.
La agavoides, es una suculenta de naturaleza perenne.
Forma una roseta densa de hojas gruesas que acaban en una pronunciada punta, rematada por un trazo de color rojizo.
La superficie de las hojas es liso y de color verde claro, aunque puede pasar a ser total o parcialmente rojiza si la incidencia del sol es intensa y prolongada.
Cómo es la Echeveria agavoides.
La Echeveria agavoides, es una roseta en forma de estrella, sin tallos, de hojas grasas de hasta 20 cm de diámetro.
Las hojas son verdes, triangulares, más gruesas, de unos 6 mm y más agudas que las otras Echeverias.
De ahí la explicación de su nombre agavoides, “como un agave”.
Es una planta que presenta distintas variedades, algunas tienen puntas rojizas y otras formas tienen márgenes ligeramente rojos a muy rojos.
Esta es una especie relativamente común, y bastante rápido.
También se ha usado ampliamente en hibridación.
La flor, largas varas florales, portan en su extremo numerosos racimos de flores con forma de farolillos, de color rosa anaranjado con el interior amarillo.
Florece en primavera.
Como cuidar la Echeveria agavoides
Las Echeverias, son plantas suculentas que pueden tolerar el sol, la sombra, los suelos húmedos, los suelos secos.
Lucen lo mejor posible, cuando se les proporciona niveles de luz y agua adecuados, idealmente se deben cultivar al aire libre a pleno sol.
Hablando en términos generales, cuanto más ligera sea una planta, mejor será su color y forma.
Se necesita luz brillante para evitar el “estiramiento” de Echeverias.
(“estiramiento” ocurre cuando una planta de crecimiento moderado, como las Echeverias, se cultiva con poca luz o se fertiliza en exceso, lo que causa un crecimiento exagerado que contribuye a las plantas pálidas y débiles).
Sin embargo, al trasladar las plantas de las condiciones de luz más bajas a pleno sol, es posible que se pueda quemar, al cambiar de forma demasiado rápida, a la intensa luz solar del verano.
El movimiento del aire es importante para minimizar los riesgos de plagas y enfermedades y evitar la humedad excesiva en invierno.
Puede tolerar heladas ligeras.
Sin embargo, el rango de temperatura ideal durante la temporada de verano es de 5ºC a 25ºC.
Temperaturas más frescas del otoño tienden a hacer que sus colores de follaje se vuelvan más intensos que los de la temporada de crecimiento del verano activo.
Cómo regar la Echeveria agavoides.
La Echeveria agavoides, necesita riegos normales en verano, que serán moderados en la época de después de la floración.
Soporta bien la sequía la Echeveria agavoides.
En los periodo de calor humedecer el sustrato en profundidad y esperar a que casi se seque por completo y regar de nuevo.
En la época invernal, regar de forma esporádica.
Cómo debe ser el sustrato y abonado para la Echeveria agavoides.
Las Echeveria agavoides, son plantas poco profundas y arraigadas y por lo tanto se benefician de buenos niveles de materia orgánica en el suelo.
Debe tener suficiente espacio raíz para un crecimiento óptimo.
Los fertilizantes de liberación lenta con un contenido de nitrógeno bajo a moderado incorporado en la mezcla de maceta.
Estos son generalmente adecuados para las estaciones de crecimiento de primavera y verano de Echeveria.
Las aplicaciones de fertilizantes adicionales normalmente no serían necesarias hasta la primavera.
Se debe proceder de manera tan austera, como sucede con el resto de plantas suculentas.
Unas cuantas gotas de fertilizante diluido, una vez al mes entre la primavera y verano, sería suficiente.
Cómo multiplicar la Echeveria agavoides.
La forma más sencilla y más utilizada es por esquejes terminales y por renuevos al aire libre.
Es muy fácil de propagar o multiplicar.
Generalmente por propagación de hojas o división de grupos más grandes.
Si la Echeveria agavoides se replanta, por ejemplo, algunas de las hojas inferiores pueden eliminarse.
Así intentaremos la propagación.
También es una práctica común, recolectar las hojas en el tallo de la flor.
Sin embargo, algunos de los esquejes se secarán sin producir una planta.
Tras tomar los esquejes hay que dejar que cicatricen durante unos días y luego plantarlos en un sustrato arenoso.
La propagación es fácil y viable a lo largo de todo el año.
Deberemos mantener los esquejes en un lugar con calor y regándolos escasamente.
La Echeveria elegans, es una especie de planta suculenta (o crasa) perteneciente a la familia de las crasuláceas.
Es originaria de América Central, de Méjico, más exactamente del Estado de Hidalgo, al noroeste de Méjico.
Zonas estas, caracterizadas por tener fuertes variaciones climatológicas entre el día y la noche y está muy extendida.
Es muy estimada como planta ornamental, por su belleza y facilidad de cultivo.
Hay más de 150 especies de Echeverias y todas son originarias de Méjico.
Nombre común, Rosa de Alabastro.
¿Qué quiere decir plantas Crasas o Suculentas?
Son aquellas especies, capaces de almacenar reservas de agua en sus tejidos, de forma que pueden soportar períodos de sequía.
De entre ellas destacan las cactáceas por su resistencia a la aridez.
Las plantas del género Echeveria, son de este tipo de suculentas, no son cactus pero almacenan agua.
Cómo son las Echeveria elegans.
La Echeveria elegans, es una planta pequeña, crasa o suculentas sin tallo, que llegan a formar rosetas de unos 8 cm de diámetro.
Sus hojas son carnosas y son de un color azulado con aristas blanquecinas, el color es variado, del verde intenso al azul pálido, al gris-azulado, al verde rosado y dispuestas en forma de alcachofa.
Producen unos tallos rosados de entre 15 cm y 20 cm de altura, de donde las rosetas echan a menudo flores de color rosa y amarillo.
Florecen desde finales de invierno a finales de primavera.
Muchas variedades, con los años, llegan a formar troncos de más de 60 cm de altura.
Están situadas sobre racimos de 10 cm a 25 cm de largo e inclinados hacia un lado.
La Rosa de Alabastro o Echeveria elegans, es longeva, pueden vivir hasta 7 años.
Tienen gran reserva de agua y la gama de colores va desde los verdes o verdes azulados a rojos muy oscuros , casi negros, pasando por variedades bicolores.
Cómo y dónde luce más la Echeveria elegans.
Uno de los usos más extendidos es para cubrir o acolchar pequeñas superficies, en rocallas o en macetas.
Son apropiadas para jardines costeros y para grandes ciudades por su tolerancia a la contaminación.
Hay que tener en cuenta que su crecimiento es más bien lento.
La Rosa de Alabastro o Echeveria elegans, es una buena opción para plantar en cualquier lugar del jardín.
Se adapta fácilmente a cualquier terreno y no necesita muchos cuidados, siempre y cuando la tierra tenga un buen drenaje.
Es la Echeveria elegans, muy decorativa porque la Echeveria es, ante todo, una planta para exterior.
En el jardín va de maravilla y es perfecta para cubrir lugares difíciles, con poco suelo y escaso riego.
Lo dicho, perfecta para cubrir zonas de rocalla o con pendiente.
Cómo son las flores de la Echeveria elegans.
Las flores se desarrollan sobre un largo tallo que crece del centro de la roseta.
Son generalmente son muy llamativas, con forma de farolillos, de color rojo o rosado y con los márgenes amarillos.
Florece a partir de la primavera y durante todo el verano.
Especies de Echeverias.
Algunas de las muchísimas especies de Echeveria que podemos encontrar son;
Cómo cuidar la Echeveria elegans.
Por su condición de planta crasa o suculenta, parece que no requieran cuidados y efectivamente requieren poca atención.
Si están descuidadas, aun así crecen, pero mejor lo harían si les prestamos la atención debida, que no es demasiada.
Los cuidados son necesarios, podrán vegetar de mejor manera y no sencillamente sobrevivir.
Así pues, si damos a estas plantas los cuidados necesarios, nos recompensarán con un crecimiento espectacular.
La adaptación climática de la Rosa de Alabastro, quiere mucha luz en todas las estaciones del año y también al sol directo.
En las horas más calientes de los días veraniegos, será necesario protegerlas del sol directo.
Estas plantas crasas, las Echeverias, han de cultivarse preferentemente, en el interior de nuestros hogares.
Salvo en las zonas de clima suave, donde no hiele de noche y baje la temperatura en invierno a los 0ºC al exterior, aunque hay variedades que resisten heladas moderadas.
Las temperaturas veraniegas óptimas de cultivo oscilan entre los 15ºC a 21ºC, pero también toleran temperaturas superiores.
Durante el invierno, es preferible que no bajen de los 7ºC.
Las hojas de muchas especies de Echeveria, van revestidas por una sustancia polvorienta, prestar atención y no retirarla
Se trata de pruina, una sustancia que las protege de la deshidratación.
No hay que olvidarse de eliminar las flores y hojas marchitas para conseguir un crecimiento mucho más vigoroso.
Como regar la Echeveria elegans.
La Echeveria elegans tolera bien los riegos abundantes al aire libre, en rocallas y jardines.
En macetas, hay que tener cuidado con los excesos para evitar posibles podredumbres.
A la hora de regar, ha de ser siempre sobre la tierra o sustrato y nunca sobre las hojas, porque no tolera los excesos de humedad.
Riego moderado durante el verano y nulo o casi nulo en invierno.
Se recomienda regar cuando los 2,5 cm superiores del substrato, estén secos.
Evite mojar las hojas. Nunca vaporice agua sobre la planta.
Una técnica a tener en cuenta, al ser la planta muy compacta y ocupar rápidamente la maceta, es el riego por inmersión.
Dejar la maceta algunos minutos en inmersión en agua, de forma que la tierra absorba la humedad necesaria.
Siempre regar, cuando la superficie del sustrato esté seca.
Cómo debe ser el sustrato de Echeveria elegans.
El sustrato para un buen crecimiento, podría ser una mezcla de 1/3 de arena y 2/3 de mantillo de hojas.
La Echeveria elegans, pueden prosperar en suelos más pobres.
Debe ser suelto y aireado, añadiendo arena lavada o de río, arenisca o similar a una base de sustrato universal.
Lo más sencillo es conseguir sustrato para cactus y suculentas a la venta, en comercios al efecto.
Verás que es muy poco exigente en cuanto a nutrientes.
Conviene abonar algo de vez en cuando, crecerá y florecerá con mayor abundancia.
Durante la primavera y hasta el otoño, que es cuando la planta lo necesita.
Sobre el tema del abonado, necesitan poco abono.
En todo caso, en la primavera y verano, añadir una vez al mes un abono para cactus y suculentas, diluido al 50%.
Tras la floración, poner en sitio iluminado, aireado y fresco, ya que necesita muy poco riego.
Cómo trasplantarla.
Como todas las plantas debe ser trasplantada periódicamente, en primavera, si las raíces han ocupado todo el espacio de la maceta disponible.
Utilice un compost específico para cactus, al que añadirá arena de río gruesa o perlita, en la proporción uno a uno, ya que hacen el sustrato más poroso, facilitando el drenaje de las aguas de riego.
El agujero de drenaje no debe quedar obstruido, de modo que la tierra o las raíces no lo obstruyan.
Coloque piedrecillas que así lo eviten, ya que los encharcamientos son letales para esta planta.
Mejor utilizar macetas de terracota y no plástico, ya que la terracota permiten a la tierra transpirar y por lo tanto reducen más rápidamente la humedad del suelo.
Las macetas deben ser anchas y no demasiado profundidad, ya que la raíces crecen más a lo ancho que en profundidad.
Cómo abonarla.
Cuándo empieza la primavera y el verano, abonar cada quince o veinte días suministrando un abono líquido a diluir en el agua de riego al 50%.
Desde el otoño y el invierno para el abonado ya que la Echeveria para vegetativamente y ese exceso podría ser dañino para las raíces.
Cómo podarla.
La Rosa de Alabastro, no necesita poda. Tan solo, quitar las hojas que se vayan secando según va creciendo, para evitar que traigan enfermedades o plagas.
El corte debe ser limpio y el cuchilla limpia y desinfectada.
Cómo multiplicarla o reproducirla.
Se multiplica por esqueje de hojas, por semillas o por retoños.
Con esquejes, la multiplicación de la planta es muy fácil de por separación de estos, por hojas a principios de verano.
Haremos esquejes de hojas o bien, a partir de los hijuelos que la propia planta produce mediante estolones.
Se planta estos esquejes de hojas, en turba y arena al 50% y temperatura cálida (sobre 16ºC) y regar con control, sin encharcar.
La hoja se marchitará según se forme el nuevo brote y se trasplantarán cuándo tengan un tamaño medio, tratándolas ya como plantas adultas.
Las hojas de Echeveria elegans más indicadas para poner a enraizar, son aquellas que más fácilmente se desprenden del tallo.
Para la reproducción por retoños, en primavera, sobre marzo, se quitan los crecimiento que tiene la planta en al zona de la base del tallo, cortando con navaja afilada.
Se deja secar la pieza cortada al menos una semana, para hacer cicatrizar la herida.
Este lo plantaremos en maceta, con un sustrato de turba y arena al 50%.
Abonarlo cada mes, pero ligeramente.
También es posible multiplicar la Echeveria elegans a través de semillas, aunque es más complicado.
Hacia el mes de marzo, repartiendo las semillas por el sustrato, como anteriormente.
Se introducen en agua, hasta que esté bien empapado el sustrato, dejando escurrir el exceso de agua.
Procuraremos que las semillas queden bien sujetas al sustrato y floten por efecto del encharcamiento.
Se puede preparar un semillero y cubrir este con film transparente de plástico de forma que mantenga la humedad y la temperatura del sustrato.
Controlaremos el grado de humedad, evitando excesos.
Mantenerlos a la sobra, pero con buena luz, temperatura sobre los 16ºC de media y húmedos, hasta que germinen, entonces retirar el plástico cubertor.
Qué plagas y enfermedades tiene la Echeveria elegans.
Como todas las plantas suculentas, no sufren especialmente enfermedades.
Controlar las bajas temperaturas, así como los excesos de agua y los restos secos que podrían hacer aparecer la botritis.
Pueden sufrir ataques de pulgones y cochinillas, tanto en las hojas como sobre todo en las raíces.