El Rhipsalis pilocarpa, es un miembro destacado del Género Rhipsalis y muy conocido, al punto que se le conoce también como Rhipsalis peludo.
Es cactus perenne, carnoso, cilíndrico, suspendido y armado de espinas y con las flores de color blanco/rosado. La podemos ver en macetas colgantes de interior, en invernadero y decorando terrazas y patios.
Lo podemos cultivar en exposiciones en semisombra y se recomienda evitar el pleno sol. Para mayor seguridad en su cultivo, evitaremos temperaturas inferiores a los 6 ºC, especialmente en invierno.
El Rhipsalis pilocarpa, puede vivir en temperaturas tan bajas como 1º a 10º C. El rango de temperatura óptimo para estos cactus, oscila entre los 18º y 24º C.
Un requisitos especial de estas plantas, es que florecen profusamente si se cultivan a una temperatura alta y uniforme, pero significativamente menor, si la temperatura fluctúa entre 4º C y 18º C.
Ojo¡¡¡; dejan caer sus cogollos fácilmente si se mueven. Una vez que se hayan formado los botones florales, no mueva la planta, ya que los cambios leves en el entorno, pueden hacer que los botones florales se caigan arruinando la floración.
Al ser nativa de las condiciones del bosque y la jungla, puede prosperar cuando el clima es húmedo. Incluso los niveles altos de humedad, están bien para esta especie de cactus.
Índice
Hábitat y origen del Rhipsalis pilocarpa.
Su origen se centra en amplias zonas de Brasil. El Rhipsalis pilocarpa, en su hábitat natural, se da en unos 2.000 km2 y es una distribución muy fragmentada. Son cactus que provienen de las regiones selváticas o semiselváticas de Brasil.
Lo encontraremos a una altitud de entre los 500 y 900 metros, sobre el nivel del mar.
Al ser una especie epífita, crece en las selvas tropicales, sobre las ramas de los árboles de zonas boscosas o entre rocas de las laderas y barrancadas en zonas con colinas escarpadas.
La gran amenza es sin duda, la pérdida de hábitat debido a la expansión de la agricultura y la urbanización de amplias áreas.
Son cactus peludos y crecen como arbustos, asemejan a las rastas. No son puntiagudos, ni espinosos, apenas tienen agujas y espinas.
El Rhipsalis pilocarpa, son plantas conocidas por ser cactus de la jungla, ya que no sobrevivirán en condiciones secas y áridas como pueden hacerlo los cactus del desierto.
En general, un Rhipsalis pilocarpa tardará entre cinco y diez años en alcanzar su tamaño de mayor madurez.
Cómo es el Rhipsalis pilocarpa.
El Rhipsalis pilocarpa, es una planta epífita tropical, rara vez litófita, que es particularmente atractiva. Dispone de tallos cilíndricos largos y peludos y flores blancas, muy fragantes.
La planta forma arbustos colgantes y es bastante variable. Podemos encontrarlo con el nombre de “Erythrorhipsalis pilocarpa”.
No confundir con el Echinopsis chamaecereus o Cactus cacahuete, al ser ambos cilindricos, siendo éste es más largo.
Tallo y areolas.
Los tallos son de color verde oscuro a morado, delgados, cilíndricos, al principio erectos, a veces de 40 cm de largo y sin ramificar.
Con el tiempo toda la planta se vuelve colgante, terminada por 2 a 4 ramas en un verticilo, las últimas ramas 1 a 4 cm. de largo, 6 mm de diámetro.
Segmentos agrupados, perfectamente redondos en sección transversal, suculentos, cuando se marchitan algo angulados. Crecimiento determinado, terminando en areolas compuestas, con punta de cerdas.
Las areolas, rellenas, de color verde, a veces teñidas de púrpura, algo lanudas, con 3 a 10 pelos o cerdas de color gris, amarillo a blanco y de 4 a 6 mm de largo.
Flores y frutos.
La flores, de color blanco a rosado y son las que le dan a esta planta su tono púrpura. Están en los extremos de las ramas terminales, solas o en pares, se abren lentamente, de los 20 hasta los 35 mm de ancho. Las flores, florecen lentamente, pero son hermosas y delgadas.
Tubo de flores de unos 2 mm, largos y rojizos por dentro. Los frutos, son esféricos, de hasta 12 mm de diámetro, de color rojo vino, muy erizados.
Cómo cultivar el Rhipsalis pilocarpa.
Este cactus, se encuentra entre los cactus epífitos más fáciles de cultivar. Estos cactus del bosque tienden a tener una vida larga.
Se deben disponer en zonas de sombra parcial, muy bien iluminadas. Si esta planta está expuesta a una luz o sol directo, dependiendo de dónde viva, las hojas pueden amarillear y se obstaculizará el crecimiento posterior.
Una fórmula de compromiso puede ser, un poco de sol por la mañana y cuando llegue el mediodía, ya sombra parcial.
Cómo regar.
Requiere abundante agua de verano, más que otros cactus, pero deberemos permitir, que la tierra se seque ligeramente entre riegos. Es esta una de esas raras especies de cactus, que necesitan riego regular.
Serán riegos moderados, normalmente unas 3 veces por semana en verano y de 1 a 2 veces a la semana, el resto del año. Se requiere riego regular en los meses más cálidos, incluso puede nebulizar a diario en verano.
Durante el invierno, regar poco o nada, solo una vez al mes o cada 15 días, en función de la temperatura ambiente.
Como estos cactus son de la selva, mantenga la humedad alrededor del 30%.
Sustrato y abonado adecuado.
Como sustrato de cultivo, estos cactus preferirán estar en un suelo compuesto en gran parte de material orgánico, como turba o musgo sphagnum. Para garantizar un drenaje adecuado del suelo, agregue un poco de grava o turba.
También podemos utilizar, mezcla de sustrato universal para cactus y suculentas más perlita, todo a partes iguales.
Este tipo de suelo normalmente se usaría para orquídeas, bromelias u otras plantas epífitas. Estos cactus del bosque tienden a tener una vida larga.
Los fertilizantes son una excelente manera de alimentar a sus plantas con nutrientes para ayudarlas en su salud y desarrollo. Es mejor esperar a fertilizarlos hasta cuando tengan 12 meses de vida o bien, si la planta acaba de ser trasplantada.
Para fertilizar el suelo de la planta, en este caso al ser plantas porcedentes de entornos húmedos, abonaremos incluso toda la temporada de crecimiento, o sea, de primavera a verano y hasta el otoño, en zonas de clima cálido.
Diluiremos el fertilizante a la mitad de su concentración y lo añadiremos al agua de riego.
Cómo reproducir o multiplicarlo.
Para propagarlo, puedemos hacerlo utilizando dos métodos.
Un método es utilizar semillas para iniciar un nuevo crecimiento y el otro método consiste en utilizar esquejes de tallo, para conseguir el crecimiento de un nuevo cactus.
Para propagar el Rhipsalis pilocarpa, hágalo durante la temporada cálida de crecimiento. Específicamente, sería de principios a finales de primavera, en los meses de marzo y abril.
Plagas que afectan a la Rhipsalis pilocarpa.
Son cactus resistentes, sobre todo con buenas condiciones de cultivo, en cuanto a humedad e iluminación.
Pueden ser atacados no obstante, por ácaros y por pulgones, sobre todo si se dan problemas de sequía o sequedad del sustrato.
Posibles problemas de cultivo.
- Por riego: Hay algunos problemas comunes que surgen al cuidar un Rhipsalis pilocarpa. Uno de los cuales incluye el riego que recibe. Para una planta que debería recibir un riego constante durante todo el año, a veces puede haber una tendencia a regarlas en exceso accidentalmente. El riego excesivo hará que las raíces y los tallos se pudran, lo que retrasará el crecimiento y el desarrollo.
- Por Luz: Otro problema es la cantidad de luz que debería recibir. La iluminación debe ser precisa. Evite la luz solar directa durante las horas pico más fuertes. Puede colocar su Rhipsalis pilocarpa bajo el sol de la mañana, pero cuando llegue la tarde, muévala bajo sombra parcial. La luz solar directa, especialmente durante las horas pico, amarilleará la planta y hará que se seque. Esto es bastante dañino, para un cactus que busca un poco de humedad y niebla.
Consejos de mantenimiento.
Algunos consejos para mantener su Rhipsalis pilocarpa libre de problemas son;
- Asegúrese diariamente de que al menos esté el sustrato algo húmedo.
- Solo riegue la planta cuando la mitad superior del suelo se seque, en lugar de esperar a que todo el suelo esté completamente seco.
- Para la iluminación, evaluar la ubicación de la planta en el hogar, según el clima. Por ejemplo, si fuera un día nublado, no estaría de más colocar la planta bajo la luz directa del día. Sin embargo, si el sol brilla fuerte, dale un poco por la mañana, pero absténgase de hacerlo por la tarde. Se trata de encontrar el equilibrio adecuado: encontrar la luz adecuada y al mismo tiempo dar algo de sombra.